Nunca antes estuve tan solo

Nunca antes me había sentido tan solo y vacío. He transitado sin compañía todo el transcurso de este largo camino y, sin embargo, esta es la primera vez que trastabillo con la soledad. Quisiera no tener que culparte por ello; más no puedo. Todo comenzó y concluyó en y con vos, con tu presencia y tu ausencia en mi vida.
Arrebataste y otorgaste soledad
Fuiste la primera con la magia suficiente como para convencerme a abandonar mi fuerte blindado y saltar hacia el abismo que me ofrecían tus brazos. También fuiste la única que logró desgarrar mi alma con apatía. No sé si agradecerte o maldecirte, si sentir fue mala o buena idea; lo que afirmo es que tajaste mi monotonía con un tsunami de sinfonías armoniosas y estruendosos caos. La línea recta y sólida por la que me encontraba transitando con plena seguridad, se vio ampliamente disturbada y acomplejada por tus ideas alocadas de tergiversar las realidades absurdas, por absurdas fantasías. De hecho eso fue lo que me llevó a seguirte, la promesa de que todo lo estanco colapsaría en un sinfín de aventuras maravillosas. Más olvidaste mencionarme las contradicciones de esta receta que hoy considero macabra y malévola.
Entonces, la soledad se agravó
No supe qué hacer ni cómo seguir cuando te fuiste; cuando me abandonaste sin cautela y me dejaste varado en un sitio que no conocía, en el que no me sabía manejar.
Mi caída fue inevitable y estrepitosa; mis heridas fueron ineludibles y desgarradores; mi situación mejoró exponencialmente para luego caer con una fuerza imparable.
Nunca antes me había sentido tan frío, vano y solitario, supongo que fue la carencia absoluta de tu recuerdo hermoso el que hizo la diferencia en esta nueva existencia; estimo que es más grato para el corazón no conocer las mieles más excelsas, que haberlas saboreado y perderlas para siempre.
Podés leer otros artículos acá: —————————————-
Podés comprar mis libros acá: COMPRAR
Te invito a visitar INSTAGRAM